Es de madrugada y todo está en silencio. Esperando fervientemente encontrar la casa desierta, decido salir de mi cápsula espacial y me dirijo a la cocina en busca de algún tipo de comida más sustanciosa que las papas fritas y los caramelos. Pero la luz está encendida y, sentada junto a la heladera, está Ivana, la novia de mi hermano comiendo comida china con cuchillo y tenedor. Evidentemente, desconoce las enseñanzas de Confucio, quien era vegetariano y aconsejaba a las personas evitar el uso de cuchillos en la mesa. Los palitos chinos o kuai-zi pueden estar hechos de cedro, sándalo, bambú, madera o hueso. Las personas adineradas suelen utilizar igualmente palitos de jade, ágata, coral, ébano o plata. Durante las luchas dinásticas en China, los palitos de plata tenían la ventaja adicional de que se ponían negros al entrar en contacto con la comida envenenada, avisando de posibles atentados. El cuchillo y tenedor de la novia de mi hermano son, en cambio, de plástico transparente. Supongo que habrán sobrevivido a la última fiesta que dio mi hermano para sus detestables amigos. Sobre la mesada hay una serie de cajitas del delivery de comida china de la esquina de casa, fácilmente reconocibles porque tienen forma de pagoda. También hay una postal apoyada contra la tostadora: ¡ se trata de una postal de papá y mamá proveniente de las Islas Fiji!